Ingredientes:

• 1 cebolla grande
• Queso parmesano (cantidad al gusto, aproximadamente 100-150 g)
• Pimentón dulce o picante (según preferencia)
• Papel de hornear

Preparación:

1. Precalienta el horno a 200ºC con calor arriba y abajo.
2. Prepara la cebolla:
   Pela y corta la cebolla en rodajas muy finas, usando una mandolina para que todas queden con el mismo grosor. Esto ayudará a que se cocinen y doren por igual.
3. Ralla el parmesano:
   Usa un rallador fino para obtener una buena cantidad de queso parmesano. Cuanto más fino, más crujiente quedará.
4. Monta la bandeja:
   Coloca papel de hornear sobre la bandeja del horno. Haz pequeñas montañitas de parmesano, formando círculos planos, como si fuesen galletas. No hace falta que sean perfectos, pero deja espacio entre ellos. 
5. Añade la cebolla:
   Sobre cada montoncito de queso, coloca unas cuantas rodajitas de cebolla.
6. Opción rápida: O bien, extiende todo el queso por el papel de horno colocando la cebolla encima y tendrás una enorme torta crujiente.
7. Espolvorea pimentón:
   Un toque de pimentón por encima les dará color y un sabor ahumado delicioso.
8. Al horno:
   Hornea entre 10 ó 18 minutos a 200ºC, vigilando bien a partir del minuto 10, ya que el queso pasa de dorado a quemado en cuestión de segundos. Deben quedar crujientes y ligeramente dorados.
9. Enfría y disfruta:
   Sácalos del horno y deja que enfríen unos minutos sobre una rejilla o en la misma bandeja. ¡Listos para servir!