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Toma las riendas de tu alimentación. Quizás durante años hayas estado yendo y viviendo entre diversas dietas y, a pesar de tus esfuerzos, el peso perdido siempre ha regresado.
Seguro que muchas entendéis esta frustración.
Frente a la idea que tenemos de que en el tamaño de nuestro cuerpo sólo influye lo que comemos y lo que nos movemos, la realidad es que el balance energético es muy complejo.
¿Por qué es tal difícil perder peso?
Te cuento…
1.- El manejo del peso es mucho más que calorías que entran versus calorías que salen. El hambre y el gasto energético están controlados por el cerebro.
Existen más de una docena de señales químicas en el cerebro que le indican al cuerpo que debe ganar peso. Y más de otra docena para indicarle que tiene que perderlo.
Cualquier alteración en alguna de estas señales tendrá efecto en el balance energético.
Por otro lado, el cerebro tiene una noción propia de lo que debes pesar sin importar lo que nosotras deseamos o las modas del momento.
Esto se denomina punto de ajuste, aunque el término es engañoso porque en realidad es un rango que varía de 4 a 7 kilos.
Puedes hacer cambios en tu estilo de vida para modificar tu peso dentro de ese rango, pero es más difícil mantenerse fuera de él.
Por ejemplo, si tu punto de ajuste está entre los 60-67 kilos, te será muy difícil mantener un peso por debajo de los 60 kg, ya que tu cerebro hará lo posible para volver a estar dentro de ese rango.
2.- El cerebro funciona como un termostato, respondiendo a las señales del organismo al adecuar el hambre, la actividad y el metabolismo para mantener tu peso estable conforme cambian las condiciones.
Este termostato responde a la pérdida de peso con poderosas señales para empujar a tu cuerpo de vuelta hacia lo que considera normal (punto de ajuste).
Si pierdes mucho peso, tu cerebro interpreta que estás sufriendo hambruna y sin importar si comenzaste con exceso de peso o delgada la respuesta cerebral es la misma: te da hambre y tus músculos consumen menos energía.
3.- A todo lo anterior, súmale la resistencia evolutiva.
Desde una perspectiva evolutiva, la resistencia a perder peso tiene sentido.
Cuando la comida escaseaba, la supervivencia de nuestros ancestros dependía de su capacidad de conservar energía y recuperar el peso cuando hubiera comida disponible, lo que los protegería ante una nueva escasez.
Durante el trascurso de la historia de la humanidad, la hambruna ha sido un problema más grave que el sobrepeso.
En nuestro mundo actual de sobre exposición a alimentos, esto parecería no estar funcionando para muchas de nosotras.
Tu cerebro no distingue entre la hambruna ocasionada, por ejemplo, por una situación bélica o la ocasionada porque te has puesto a dieta.
Para tu cerebro es lo mismo: Escasez de alimentos = Peligro para la supervivencia.
4.- Tampoco podemos olvidar que nuestra propia historia con las dietas y la pérdida de peso pueden tener repercusiones en nuestro metabolismo energético. Es cómo si tu cuerpo se bloqueara y hagas lo que hagas no responde como antes.
Hasta ahora todo lo visto está relacionado con lo que pasa dentro de nuestro cuerpo. Pero, ¿Cómo influye nuestro entorno?
5.- Vivimos rodeados de un entorno que favorece el exceso de peso o que estimula hábitos y comportamientos que conducen al sobrepeso u obesidad…
… Rodeados de alimentos insanos, Consumo de alcohol, Nivel de estrés, Horas de sueño, Factores económicos, Sociales y Psicológicos, Infraestructuras deficientes, Entorno familiar, Medios de comunicación, Publicidad, Medidas políticas…
Si te fijas, mucho de lo que te cuento hoy no depende de nosotros (mediadores químicos, cerebro, punto de ajuste, entorno proclive a la obesidad…), sin embargo siempre hay algo que está en nuestro poder.
¿Qué puedo hacer para luchar contra los kilos?
Es importante asumir nuestra responsabilidad, aunque no somos culpables de tener esos kilos de más.
Lo hemos hecho lo mejor que hemos sabido en cada momento.
Puedes aprender a hacerlo mejor, pero en el pasado, lo has hecho todo lo bien que podías.
Llegados a este punto, ¿Qué primer paso te propongo?
¡Deja de culpabilizarte! y trata con cariño a ese templo que es tu cuerpo, tenga el tamaño que tenga .
Y si has decidido cambiar algo en tus hábitos no esperes para empezar. Arranca ahora y empieza ya.
Si este mensaje te ha ayudado o crees que puede ayudar a alguna de tus mejores amigas o familiares, no dudes en reenviársela para que se apunte desde mimododevida.com PROGRAMA ANUAL DE COACHING NUTRICIONAL o a una consultoría.
Si quieres trabajar conmigo y que te ayude con tu alimentación y salud, tienes varias opciones que puedes consultar en mimododevida.com
Te ayudo a tomar las riendas de tu alimentación.