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Este capítulo es una vista previa de un libro llamado «Lo Que Dice la Ciencia Sobre Dietas, Alimentación y Salud» por L. Jiménez, publicado en 2013. Aborda temas nutricionales comunes. Se discuten las recomendaciones sobre la ingesta de proteínas, grasas y carbohidratos, comparando diferentes estudios científicos. También examina la eficacia y la base científica de diversas dietas populares, así como la evidencia sobre la relación entre ciertos alimentos, como los carbohidratos refinados, las frutas, los vegetales y los lácteos, con la salud y el sobrepeso. Además, exploraremos la digestibilidad de los alimentos, la influencia de las hormonas en el peso, la termogénesis dietética y el colesterol, utilizando estudios y meta-análisis como respaldo. Por último, se analizan los suplementos y los edulcorantes, evaluando su seguridad y efectividad.
Lo que dice la ciencia para adelgazar (y cómo aplicarlo en tu vida real sin dietas extremas)
¿Te has preguntado por qué tantas personas hacen dieta… y sin embargo cada vez hay más obesidad? ¿Por qué, tras meses de esfuerzo, es tan fácil recuperar el peso perdido, e incluso con «intereses»? La respuesta no está en la fuerza de voluntad ni en contar calorías, sino en entender cómo funciona realmente tu cuerpo. Esa es precisamente la premisa del libro Lo que dice la ciencia para adelgazar, escrito por el químico y divulgador Luis Jiménez, y que en este artículo voy a desgranar contigo para que puedas aplicarlo de forma práctica a tu día a día.
Además, si quieres transformar tu relación con la comida de forma sostenible, te invito a descubrir mi programa de coaching nutricional: “Adelgazar sin darte cuenta”, donde aplicamos todos estos principios con acompañamiento personalizado.
Una guía que rompe mitos (y cambia tu forma de ver la comida)
Este libro no te da recetas ni menús milagro. En su lugar, ofrece una base científica sólida sobre cómo funciona el metabolismo, la insulina, la saciedad y el papel real de los macronutrientes (grasas, proteínas, carbohidratos). Lo más valioso de esta obra es que nos devuelve el poder para diseñar una alimentación que funcione de verdad a largo plazo.
1. El gran error: creer que adelgazar es solo “comer menos y moverse más”
¿Has probado alguna vez una dieta baja en calorías y ejercicio intenso para después ver cómo el peso regresa (y a veces con más fuerza)? No es casualidad. Según Jiménez, el cuerpo no es una simple calculadora de calorías, sino un sistema complejo con mecanismos hormonales y metabólicos que responden de forma distinta según lo que comas.
No todas las calorías son iguales: medio kilo de carne no tiene el mismo efecto que una bolsa de patatas fritas, aunque aporten la misma energía. La diferencia está en cómo afectan a tus niveles de insulina, saciedad y quema de grasa.
2. Tu cuerpo responde a lo que comes, no solo a cuánto comes
El verdadero secreto para adelgazar está en reeducar tu cuerpo para que vuelva a funcionar como una máquina de quemar grasa, no como un almacén que lo guarda todo «por si acaso».
Para ello, debes entender el papel de los tres grandes protagonistas:
Macronutrientes y metabolismo: cómo comer para activar la quema de grasa
Las grasas: no son tus enemigas, sino tus aliadas
Durante décadas se demonizaron las grasas, pero la evidencia científica actual desmonta ese mito. Las grasas saludables no engordan por sí solas, y su demonización ha sido una estrategia fallida, basada en estudios antiguos como el famoso pero discutido “Estudio de los siete países”.
¿Qué debes saber?
- Las grasas trans artificiales sí son perjudiciales: están ligadas sin duda a enfermedades cardiovasculares. Evítalas por completo.
- Las grasas saturadas no son tan malas como nos dijeron. Consumidas dentro de una dieta equilibrada, no son el problema principal.
- Las grasas saludables (aceite de oliva, aguacate, nueces, pescado azul) aportan saciedad, energía limpia y controlan la inflamación.
Consejo práctico: Incluye fuentes de grasa en tus comidas. Te sentirás más saciada y evitarás picoteos compulsivos.
Carbohidratos refinados: el verdadero enemigo del metabolismo moderno
La mayoría de las dietas actuales están basadas en pan, pasta, arroz, patatas, bollería y cereales de desayuno… alimentos de alto índice glucémico que disparan la insulina, la hormona que promueve el almacenamiento de grasa.
“La insulina bloquea la quema de grasa y convierte tu cuerpo en una máquina de almacenar”, explica Jiménez.
Además, una dieta rica en azúcares y harinas blancas ralentiza tu metabolismo. Algunos estudios muestran que puede hacerte gastar hasta 400 kcal menos al día sin darte cuenta.
Consejo práctico: Elimina o reduce al mínimo el azúcar oculto (zumos, galletas, cereales, salsas industriales). Lee etiquetas: si acaba en “-osa”, probablemente es azúcar disfrazado.
Las proteínas: saciedad y músculo en un solo nutriente
Comer más proteínas reduce el hambre, disminuye los antojos y protege tu masa muscular, clave para mantener un metabolismo activo. Además, reajusta tus señales de saciedad a niveles más saludables.
Consejo práctico: Asegúrate de incluir proteína en cada comida (huevo, pescado, carne blanca, yogur, legumbres si las toleras).
Frutas, verduras y fibra: el alimento del metabolismo
Los vegetales (excepto patatas y maíz) son ricos en fibra, agua, antioxidantes y micronutrientes esenciales. Además, tienen un bajo índice glucémico, por lo que no generan picos de insulina y ayudan a mantener el hambre a raya.
Consejo práctico: No midas la cantidad de verdura, sírvete sin miedo. Cuanto más variada y colorida, mejor.
Las cinco reglas clave para adelgazar según la ciencia
Luis Jiménez resume su enfoque en cinco principios básicos:
- Evitar los carbohidratos refinados y ultraprocesados.
- Comer muchas verduras y frutas, con criterio.
- Asegurar una buena cantidad de proteínas cada día.
- Incluir grasas saludables y no temer al colesterol dietético.
- No convertir la dieta en una penitencia: comer con placer y permitir días libres sin culpa.
¿Y el ejercicio?
Es saludable, mejora tu ánimo, tu musculatura y tu salud cardiovascular. Pero no es la clave para adelgazar. El cuerpo compensa el gasto calórico reduciendo tu energía en otras funciones. El 80% del éxito está en la alimentación.
¿Por qué no consigues adelgazar aunque lo intentes todo?
Porque te falta lo más importante: un sistema flexible, realista y basado en ciencia, que respete tus gustos, tus horarios, tu metabolismo y tu biografía corporal.
Y eso es justamente lo que te ofrezco en mi programa de coaching:
“Adelgazar sin darte cuenta”, donde te acompaño para:
- Reeducar tu cuerpo sin pasar hambre.
- Recuperar tu energía y autoestima.
- Crear un estilo de vida saludable, sostenible y sin culpas.
Puedes apuntarte aquí: [Enlace a tu página del programa]
Evolución temporal de la ciencia en cuanto a métodos para adelgazar
- Hace casi diez mil años: La agricultura revoluciona el futuro de la humanidad, introduciendo un cambio radical en la producción y disponibilidad de alimentos.
- Durante cientos de miles de años (Prehistoria): Los ancestros humanos se alimentan de los recursos disponibles (caza, fruta, raíces, pesca, marisco, frutos secos). Algunos expertos paleontólogos sugieren que el inicio del consumo de carne y grasas fue crucial para el desarrollo del cerebro humano al proporcionar la energía necesaria.
- Década de 1950-1960: Ancel Keys realiza el «Estudio de los Siete Países», una de las investigaciones más influyentes que contribuyó al rechazo de las grasas en la dieta, especialmente las grasas saturadas, asociándolas con enfermedades cardiovasculares.
- Décadas (Pasado): Se han diseñado y prescrito millones de dietas con menos calorías (comer menos) y se han aplicado miles de programas de ejercicio (gastar más) con el objetivo de combatir la obesidad. Sin embargo, el resultado ha sido un aumento de la obesidad. La industria alimentaria comienza a añadir grandes cantidades de azúcar a los productos para «mejorar» su sabor o textura, a menudo utilizando jarabes de fructosa o glucosa. Se transmiten mensajes rotundos en contra de las grasas alimentarias, grabando en la mente de la mayoría de la gente una alerta contra este macronutriente.
- Hace bastante tiempo (Décadas): La ciencia conoce los resultados negativos de los carbohidratos refinados en la salud (diabetes, obesidad, hipertensión, colesterol, triglicéridos), pero prevalece la permisividad y la política de mirar hacia otro lado. La ciencia médica identifica el fenómeno de la rápida digestión de los carbohidratos y desarrolla métodos para evaluarla y medirla, motivada por la creciente incidencia de la diabetes. Se conocen las variaciones en la concentración de ciertas hormonas como parte del «termostato energético» que regula el hambre y la saciedad. Se conoce la reducción de la sensibilidad a la insulina («resistencia a la insulina»), aunque la ciencia aún no ha identificado los mecanismos exactos por los que se produce.
- Años recientes: Estudios recientes y muy relevantes sugieren que el rango de menor riesgo para el colesterol total podría ser entre 160-200 o incluso entre 160-240 mg/dl, lo que lleva a cuestionar los valores recomendados tradicionalmente por la comunidad médica. Los estudios más recientes ponen en duda muchos de los prejuicios sobre las grasas naturales. Los últimos estudios no han encontrado datos concluyentes que soporten la hipótesis de que la ingesta de grasas saturadas aumenta las enfermedades cardiovasculares o la mortalidad. Los estudios sobre suplementos de omega 3 de aceite de pescado han sido objeto de controversia, con acusaciones de estudios manipulados o incorrectamente diseñados por instituciones y responsables.
- 2002: Se publican estudios que cuestionan la grasa dietética como determinante principal de la grasa corporal y el impacto de las dietas bajas en grasa en el balance energético (Willett WC y otros; Astrup A y otros).
- 2003: Estudios analizan la relación entre el colesterol HDL y la aterosclerosis (Barter P y otros) y la asociación entre las caries dentales pediátricas y el tabaquismo pasivo (Aligney C. Andrew y otros). Un estudio analiza la influencia del humo ambiental del tabaco en el estado de vitamina C en niños (Preston Alan M y otros).
- 2004: Se publica un estudio sobre la mortalidad en relación con el tabaquismo (Doll R y otros). Se publica una revisión crítica sobre los efectos de las dietas altas en proteínas en la termogénesis, saciedad y pérdida de peso (Halton TL y otros). Se publica un estudio sobre una proporción reducida de carbohidratos a proteínas en la dieta y su efecto sobre el metabolismo y los indicadores de riesgo cardiovascular (Layman DK y otros).
- 2005: Un estudio examina la relación entre la fructosa, la resistencia a la insulina y la dislipidemia metabólica (Basciano Heather y otros). Un estudio analiza los efectos de una dieta alta en proteínas en la saciedad y la pérdida de peso (Weigle DS y otros). Un estudio examina los efectos de una dieta hipocalórica alta en proteínas versus una alta en carbohidratos (Piatti PM y otros). Un estudio analiza los efectos de una dieta alta en proteínas y restringida en energía en hombres y mujeres con sobrepeso/obesidad e hiperinsulinemia (Farnsworth E y otros).
- 2006: Meta-análisis de estudios de cohorte examinan la relación entre el consumo de frutas y verduras y el riesgo de enfermedades cardiovasculares (He FJ, Dauchet L). Meta-análisis investigan la relación entre el consumo de frutas y verduras y el cáncer oral (Pavia M). Un estudio examina la fisiología respiratoria alterada en la obesidad (Parameswaran K, Todd DC y otros). Se publica un estudio sobre la puntuación de la dieta baja en carbohidratos y el riesgo de enfermedad coronaria en mujeres (Willett WC y otros).
- 2007: Se publica una revisión sistemática y meta-análisis sobre dietas de bajo índice glucémico o carga glucémica para el sobrepeso y la obesidad (Thomas DE y otros). Un estudio examina la relación entre la masa magra preservada y la saciedad con la pérdida de peso en mujeres pre-obesas y obesas con una mayor ingesta de proteínas (Leidy HJ y otros). Un estudio examina las diferencias sexuales en la actividad LPL en diferentes zonas del cuerpo (Votruba SB y otros). Un estudio investiga la ingesta de grano integral, salvado y germen y el riesgo de diabetes tipo 2 (de Munter JS y otros). Un estudio analiza la asociación entre la cantidad de cigarrillos fumados, el sobrepeso y la obesidad central en adultos chinos (Xu F y otros).
- 2008: Un estudio analiza la relación entre el índice glucémico dietético, la carga glucémica y el riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular en hombres y mujeres holandeses (Burger KN y otros). Un estudio examina la asociación entre el consumo de carne roja, procesada y grasa y la mortalidad cardiovascular (Djoussé L y otros). Un estudio explora los beneficios para la salud de los frutos secos en la prevención y manejo de la diabetes (Kendall CW y otros). Un estudio examina el papel de los frutos secos y cacahuetes en la prevención de enfermedades coronarias (Kris-Etherton PM y otros). Un estudio analiza los beneficios para la salud metabólica de los frutos secos comestibles (Coates AM, Howe PR). Un estudio investiga las tablas internacionales de índice glucémico y valores de carga glucémica (Atkinson FS y otros). Un estudio investiga la relación entre la ingesta de carbohidratos en comparación con la ingesta de ácidos grasos saturados y el riesgo de infarto de miocardio (Jakobsen MU y otros). Un estudio analiza la relación entre la carga glucémica dietética y el índice glucémico y el riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular en hombres y mujeres holandeses (Burger KN y otros). Un estudio examina la relación entre el índice glucémico, la carga glucémica y el riesgo de enfermedades crónicas (Barclay AW y otros). Un estudio investiga las lipoproteínas de alta densidad (HDL) y la aterosclerosis (Barter P y otros). Un estudio analiza el colesterol en sangre como un buen marcador de salud en Japón (Ogushi Y y otros). Un estudio examina la mortalidad en relación con el colesterol total bajo en pacientes con enfermedad coronaria (Behar S y otros).
- 2009: Meta-análisis sobre los principales tipos de grasa dietética y el riesgo de enfermedad coronaria (Jakobsen MU y otros). Meta-análisis de estudios de cohorte sobre la asociación de la grasa saturada con enfermedades cardiovasculares (Siri-Tarino PW y otros). Una revisión examina la grasa dietética y la enfermedad coronaria (Skeaff CM, Miller J). Estudios analizan la relación entre la ingesta insuficiente de proteínas y el hambre/deseo de comer en hombres jóvenes y mayores (Apolzan JW y otros). Un estudio investiga la saciedad inducida por proteínas (Veldhorst M y otros). Un estudio investiga los frutos secos y los resultados de salud (Sabaté J, Ang Y). Un estudio examina la relación entre el colesterol dietético, el manejo de lípidos y el riesgo de enfermedades cardiovasculares (Int J Clin Pract Suppl. 2009). Un estudio analiza la relación entre el colesterol en sangre y la mortalidad vascular por edad, sexo y presión arterial (Lewington S y otros). Un estudio investiga si el uso del colesterol en los algoritmos de riesgo de mortalidad es obsoleto (Kritchevsky D y otros). Un estudio analiza la relación TG/colesterol HDL y la mortalidad por todas las causas en mujeres con sospecha de isquemia miocárdica (Bittner Vera y otros). Un estudio investiga la relación entre la alta proporción de triglicéridos a colesterol HDL y la enfermedad coronaria extensa (da Luz PL y otros). Un estudio analiza la relación entre el índice glucémico dietético, la carga glucémica y la ingesta de carbohidratos y arroz en relación con el riesgo de mortalidad por accidente cerebrovascular (Oba S y otros). Una revisión sistemática sobre dietas bajas en índice glucémico o carga glucémica para la diabetes mellitus (Thomas D y otros). Estudios investigan la ingesta de carbohidratos en comparación con la ingesta de ácidos grasos saturados y el riesgo de infarto de miocardio (Jakobsen MU y otros). Un estudio examina la relación entre la ingesta de carbohidratos en comparación con la ingesta de ácidos grasos saturados y el riesgo de infarto de miocardio (Jakobsen MU y otros). Un estudio investiga la restricción dietética y el control sobre el «querer» después del consumo de alimentos «prohibidos» (Lemmens SG y otros). Un estudio analiza si comer lo que te gusta induce una disminución más fuerte del «querer» comer (Lemmens SG y otros). Un estudio investiga las asociaciones de intentar perder peso, comportamientos de control de peso y el consumo actual de cigarrillos entre estudiantes de secundaria en EE. UU. (Johnson JL y otros).
- 2010: Un estudio investiga si la ingesta de legumbres está inversamente asociada con el síndrome metabólico en adultos (Hosseinpour-Niazi S y otros). Un estudio analiza si una dieta alta en legumbres y bajo índice glucémico mejora los perfiles lipídicos séricos en hombres (Zhang Z y otros). Un estudio investiga si el consumo de una dieta enriquecida con legumbres y bajo índice glucémico se asocia con biomarcadores de resistencia a la insulina e inflamación (Hartman TJ y otros). Estudios investigan si una mayor ingesta de proteínas reduce la pérdida de masa magra durante la pérdida de peso en atletas (Mettler S y otros). Estudios analizan la relación entre la ingesta de carbohidratos en comparación con la ingesta de ácidos grasos saturados y el riesgo de infarto de miocardio (Jakobsen MU y otros). Ben Goldacre publica un artículo en The Guardian cuestionando la investigación sobre los beneficios para el cerebro de los omega-3 de pescado. Un estudio investiga si el colesterol HDL es un mejor marcador de riesgo cardiovascular que el colesterol LDL (Sniderman A y otros). Un estudio investiga el índice glucémico: significado fisiológico (Esfahani A y otros). Un estudio analiza la relación entre el índice glucémico dietético, la carga glucémica y la ingesta de carbohidratos y arroz en relación con el riesgo de mortalidad por accidente cerebrovascular (Oba S y otros). Un estudio investiga la ingesta de ácidos grasos trans y monoinsaturados, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y diabetes (Micha R y otros). Se publica un estudio sobre la viabilidad y seguridad de la dieta cetogénica para la epilepsia (Thammongkol S y otros).
- 2011: Un estudio investiga la relación entre la nutrición de carbohidratos y la incidencia a 5 años de enfermedad renal crónica (Gopinath B y otros). Meta-análisis de estudios de cohorte prospectivos evalúan la asociación de la grasa saturada con enfermedades cardiovasculares (Siri-Tarino PW y otros). Un estudio investiga el papel de la reducción de la ingesta de grasas saturadas en la prevención de enfermedades cardiovasculares (Willett WC y otros). Un meta-análisis analiza el colesterol LDL, el colesterol no HDL y la apolipoproteína B como marcadores de riesgo cardiovascular (Sniderman AD y otros). Meta-análisis de estudios de cohorte prospectivos evalúan la asociación de la ingesta de fibra y granos integrales con el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y aumento de peso (Ye EQ y otros). Un estudio investiga la relación entre el consumo de frutos secos y el síndrome metabólico y la diabetes (Kendall CW y otros). Un estudio investiga la relación entre el índice glucémico dietético y la adecuación de nutrientes (Louie JC y otros). Estudios investigan el trabajo respiratorio y el impulso respiratorio en la obesidad (Lin CK y otros). Un estudio analiza los trastornos metabólicos asociados con la apnea obstructiva del sueño en adultos (Lurie A). Un estudio investiga la relación entre el consumo de chocolate y los trastornos cardiometabólicos (Buitrago-Lopez A y otros). Un estudio analiza los efectos beneficiosos del chocolate en la salud cardiovascular (Gómez-Juaristi M y otros). Un estudio investiga el impacto del chocolate en la salud cardiovascular (Fernández-Murga L y otros). Un estudio analiza el chocolate y la enfermedad coronaria (Khawaja O y otros). Un estudio investiga los efectos de los productos de cacao/chocolate negro en los lípidos séricos (Tokede OA y otros). Un estudio examina el impacto a largo plazo del sobrepeso y la obesidad en la infancia y adolescencia en la morbilidad y mortalidad prematura en la edad adulta (Reilly JJ y otros).
- 2012: Se publica la primera edición del libro «Lo que dice la Ciencia Para Adelgazar» por L. Jiménez. Un estudio analiza la ingesta de grasa saturada dietética y su asociación negativa con el mantenimiento del peso (Lin PH Y otros). Una revisión investiga la grasa dietética reducida o modificada para la prevención de enfermedades cardiovasculares (Hooper L y otros). Un estudio investiga los efectos de dietas bajas en carbohidratos versus bajas en grasa durante 2 años en la diabetes tipo 2 (Krebs JD y otros). Un estudio investiga la incidencia de la dieta cetogénica en la epilepsia (Thammongkol S y otros). Un estudio examina el efecto del consumo de lácteos en el peso y la composición corporal en adultos (Abargouei AS y otros). Un estudio investiga la relación entre el consumo de lácteos altos en grasa y el sobrepeso y la obesidad en mujeres de mediana edad (Mena P y otros). Un estudio analiza el impacto de la obesidad en la función respiratoria (Littleton SW). Un estudio investiga la fisiología de la obesidad y los efectos en la función pulmonar (Salome CM y otros). Un estudio analiza la relación entre comer fuera de casa y el peso corporal (Bezerra IN y otros). Un estudio examina la relación entre comer fuera de casa y la ingesta dietética (Lachat C y otros).
- Noviembre 2013: Última revisión del libro «Lo que dice la Ciencia Para Adelgazar».
- 2013: Un estudio investiga el impacto de la diabetes tipo 2 en el peso y el control glucémico (Wiulliams KV y otros). Un estudio analiza la evaluación de una dieta de calorías alternas con y sin ejercicio en el tratamiento de la obesidad (Hill JO y otros). Un estudio investiga la influencia de la composición dietética en el gasto energético durante el mantenimiento de la pérdida de peso (Ludwig DS y otros). Un estudio investiga la asociación entre el índice glucémico y la carga glucémica y algunos factores de riesgo cardiovascular (Lin PH y otros). Un estudio investiga la asociación entre la ingesta de alcohol y la morbilidad y mortalidad por todas las causas (Kunzmann AT y otros). Un estudio investiga si la ingesta de alcohol es la «puerta de entrada» más frecuente a otras drogas (Grant BF y otros). Un estudio investiga si el ayuno antes de comprar comestibles hace que los compradores hambrientos compren más calorías (Tal A y otros). Un estudio analiza la variación en la exposición de los supermercados a alimentos snacks ricos en energía según la posición socioeconómica (Cameron AJ y otros). Un estudio examina la disponibilidad de exhibiciones de snacks que pueden desencadenar compras impulsivas en supermercados (Thornton LE y otros). Un estudio analiza las diferencias en la disponibilidad de alimentos en casa de alimentos altos y bajos en grasa después de un programa de control de peso conductual (Krukowski RA y otros). Un meta-análisis de estudios observacionales a nivel genómico muestra variantes genéticas comunes asociadas con la ingesta de macronutrientes (Tanaka Toshiko y otros).
- Sin fecha específica mencionada, pero implícita en el contexto de la discusión científica contemporánea: Se cuestionan los indicadores de colesterol total y LDL como marcadores precisos del riesgo cardiovascular. Se realizan numerosos estudios para investigar la «resistencia a la insulina», con diversas teorías y propuestas, aunque el mecanismo exacto aún no se ha resuelto. La ciencia continúa investigando la complejidad del metabolismo humano y la interacción entre los alimentos y el cuerpo. Continúa la investigación sobre la efectividad de «saltarse la dieta» de forma programada y su relación con la leptina y el efecto psicológico. Se sigue investigando si los endulzantes artificiales pueden provocar cierta resistencia a la insulina. Se investigan los mecanismos exactos por los que las lipoproteínas LDL se oxidan y contribuyen a la formación de placas arteriales. La comunidad médica puede necesitar replantearse los valores recomendados de colesterol o consensuar otros indicadores de mayor fiabilidad. Continúa la investigación sobre la lipoproteína lipasa (LPL) y su papel en el almacenamiento de grasa. Se sigue investigando la renovación de los adipocitos. No se conocen mecanismos que hagan desaparecer significativamente el exceso de adipocitos creado en el pasado. La ciencia continúa investigando y cuestionando la eficacia de los tratamientos de «rompe-grasas» como la cavitación, criogenización, ultrasonidos, láser, etc.
Preguntas frecuentes sobre lo que la ciencia dice para adelgazar
1. ¿Cuál es la principal premisa de este libro y en qué se diferencia de otros libros de dietas?
Este libro no es un típico recetario de dietas rígidas, sino una guía para que el lector aprenda los principios nutricionales fundamentales y sea capaz de diseñar su propia «dieta perfecta» de forma rigurosa y flexible. El autor, un químico, no pretende sustituir el consejo médico, sino divulgar ideas sobre alimentación y salud basadas en la investigación científica más actual. A diferencia de muchos libros de moda que militan en corrientes alimentarias específicas, este texto busca mantener una actitud escéptica y abierta a nuevos descubrimientos, evitando sesgos y modas pasajeras. El objetivo es que el lector comprenda cómo su cuerpo responde a los alimentos y, en particular, cómo evitar la obesidad.
2. ¿Cómo aborda el libro la relación entre calorías, tipos de alimentos y pérdida de peso a largo plazo?
El libro critica la idea simplista de que el cuerpo es una «caja hueca» donde la energía entra y sale, y que solo basta con «comer menos» y «gastar más» para perder peso a largo plazo. Si bien la termodinámica sugiere que menos calorías deberían llevar a la pérdida de peso a corto plazo (y de hecho, muchas personas obesas pierden peso inicialmente con dietas de restricción calórica), las estadísticas muestran un aumento de la obesidad a pesar de que más personas se ponen a dieta. El autor enfatiza que el tipo de alimentos es crucial, ya que el cuerpo reacciona de manera diferente a ellos. Por ejemplo, la misma cantidad calórica de patatas fritas, carne de buey o brócoli provoca respuestas de saciedad muy distintas. El enfoque dominante de solo reducir calorías ha resultado en más obesidad a largo plazo, lo que sugiere la necesidad de un enfoque que entienda la complejidad metabólica del cuerpo.
3. ¿Es la grasa la principal culpable de la obesidad y las enfermedades cardiovasculares?
No, el libro desmiente la creencia popular de que la grasa es inherentemente dañina y engorda. Si bien las grasas tienen una alta densidad energética (9 calorías por gramo), el modelo de «caja hueca» no es aplicable al metabolismo humano. Las grasas no se almacenan sin más; el cuerpo lleva a cabo una compleja serie de procesos metabólicos para gestionarlas. Históricamente, el «Estudio de los siete países» de Ancel Keys contribuyó a la mala fama de las grasas, relacionándolas con enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, estudios más recientes cuestionan la correlación directa entre el consumo de grasas saturadas y los niveles de colesterol total o LDL («colesterol malo»), o la incidencia de enfermedades cardiovasculares.
El texto diferencia entre tipos de grasas: saturadas (en alimentos de origen animal, con mala fama), monoinsaturadas (en aceite de oliva, aguacate) y poliinsaturadas (omega 3 y 6, en pescado, nueces). Mientras que las grasas trans artificiales (en alimentos procesados) sí han demostrado una clara causalidad con enfermedades cardiovasculares y su uso está siendo prohibido en algunos países, la mayoría de las acusaciones contra otras grasas se consideran infundadas o exageradas por la ciencia actual. Por tanto, el libro concluye que las grasas deberían ser consideradas un alimento más y no un veneno.
4. ¿Qué impacto tienen los carbohidratos refinados en el metabolismo y la salud a largo plazo?
Los carbohidratos refinados, presentes en una gran cantidad de alimentos procesados (pan, bollería, pasta, arroz, patatas, etc.), son digeridos y absorbidos por el cuerpo a gran velocidad. Esto provoca un rápido y elevado aumento de los niveles de glucosa en la sangre, lo que a su vez desencadena una secreción masiva de insulina. La insulina, la hormona que regula la distribución y el almacenamiento de glucosa, en altos niveles, potencia la acumulación de grasa dentro de las células adiposas e inhibe su liberación para ser usada como energía. Este «terremoto metabólico» repetido a lo largo del tiempo, junto con la predisposición genética y el sedentarismo, puede llevar a la resistencia a la insulina.
La resistencia a la insulina significa que el páncreas tiene que segregar cada vez más insulina para intentar reducir los niveles de glucosa, resultando en oscilaciones violentas de glucosa e insulina que exacerban el almacenamiento de grasa y dificultan su uso como fuente de energía. Este desajuste metabólico se relaciona con la obesidad, hipertensión, diabetes y otras enfermedades. El libro aboga por minimizar o eliminar los carbohidratos refinados de la dieta, sugiriendo optar por alimentos de bajo índice glucémico como legumbres, frutas con moderación, y versiones integrales de cereales, que se digieren más lentamente y provocan una respuesta insulínica más moderada.
5. ¿Cuál es el papel de la saciedad y las proteínas en una dieta efectiva?
La saciedad es una respuesta cerebral compleja que indica cuándo se ha satisfecho la necesidad de nutrientes y energía. Un metabolismo equilibrado se autorregula para que el hambre aparezca cuando es necesario y la saciedad cuando la necesidad ha sido cubierta. Sin embargo, en muchas personas, este sistema no funciona correctamente, lo que lleva a comer sin necesidad y a una sensación de insatisfacción constante. Las proteínas juegan un papel crucial en esto. Comer una cantidad suficiente de proteínas aumenta la sensación de plenitud, reduce los antojos y la ansiedad por comer, y contribuye a una menor ingesta de alimentos, lo que impacta positivamente en el balance energético. Las proteínas parecen «reajustar» el sensor de hambre y saciedad a niveles más saludables, lo que contrasta con la dieta occidental rica en carbohidratos de rápida absorción y baja en grasas saludables, que suele relacionarse con una menor saciedad.
6. ¿Cómo influyen los genes y la historia de peso en la capacidad para adelgazar y en la acumulación de grasa localizada?
Los genes y la historia previa de peso son factores importantes a considerar en la pérdida de peso y la distribución de grasa. La genética puede determinar la concentración de enzimas como la lipoproteinlipasa (LPL) en diferentes zonas del cuerpo, lo que influye en la tendencia a acumular grasa de forma localizada (por ejemplo, mujeres con más LPL en cintura, glúteos y muslos, y hombres en la cintura). Esto explica por qué algunas áreas corporales son más resistentes a la reducción de volumen.
Además, el historial de obesidad, especialmente en la infancia, aumenta la probabilidad de obesidad en la edad adulta. Las células adiposas (adipocitos) pueden multiplicar su tamaño y, al alcanzar su capacidad máxima, el cuerpo puede crear nuevos adipocitos para seguir almacenando grasa. Aunque el cuerpo crea adipocitos sin problemas, eliminarlos es mucho más difícil. Los ciclos de obesidad-adelgazamiento pueden llevar a la acumulación de nuevas células grasas que persisten, haciendo más complicado deshacerse del exceso de volumen en el futuro. El libro enfatiza que la perfección corporal suele ser una utopía genética y que el objetivo debería ser alcanzar un peso saludable y un IMC razonable, más que aspirar a modelos corporales irreales.
7. ¿Es efectivo «saltarse la dieta» de forma programada y cuáles son los beneficios y riesgos?
El libro sugiere que una prohibición radical y permanente de alimentos deseados es insostenible a largo plazo, llevando al fracaso y al efecto rebote. Sorprendentemente, menciona que «saltarse una dieta» de forma programada («días libres») podría no afectar el resultado final a medio-largo plazo, e incluso podría ser beneficioso fisiológica y psicológicamente. La idea es que un día o una comida «libre» cada una o dos semanas puede ayudar a reducir la ansiedad generada por la prohibición constante de alimentos muy deseados, sirviendo como una «válvula de escape».
Si bien no se conocen con exactitud las razones (algunos expertos lo relacionan con la sensibilidad a la leptina, otros con el efecto psicológico), los estudios son limitados. Sin embargo, el autor recomienda probarlo si ayuda a mantener la dieta a largo plazo, siempre y cuando no se pierda el control y no se derive en atracones o obsesiones con la comida. El punto clave es que no se gana peso significativo por un solo día de indulgencia, y el metabolismo es lo suficientemente versátil como para compensar un desequilibrio puntual si la dieta general es saludable.
8. ¿Cuáles son las cinco reglas fundamentales para diseñar una dieta perfecta y saludable?
El libro condensa su filosofía en cinco reglas claras y sencillas para diseñar una dieta saludable y eficaz para la pérdida de peso:
- Evitar los carbohidratos refinados y los alimentos muy procesados: Dado que el cuerpo no está diseñado para manejar grandes cantidades de azúcar y carbohidratos de rápida absorción, lo que desequilibra el metabolismo y promueve el almacenamiento de grasa.
- Muchas verduras, vegetales y fruta: Estos alimentos son ricos en fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, se digieren lentamente, y son esenciales para una dieta saludable y para la saciedad.
- Cantidad suficiente de proteínas: Las proteínas son clave para la saciedad, ayudando a controlar el apetito y a mantener la masa muscular durante la pérdida de peso.
- Añadir frecuentemente grasas, mejor las más saludables: A diferencia de la creencia popular, las grasas saludables (monoinsaturadas y poliinsaturadas, como las del aceite de oliva, frutos secos, pescado azul) son necesarias para funciones corporales esenciales y no son la causa de la obesidad. Las grasas trans artificiales son la excepción y deben evitarse.
- La dieta no es una penitencia: Es crucial que la dieta sea sostenible y no genere hambre ni privación constante. Se busca una alimentación satisfactoria y variada, incluso considerando «días libres» programados para evitar el abandono a largo plazo.
El grado de rigor en la aplicación de estas reglas dependerá de los objetivos individuales de cada persona, su sobrepeso actual, y su nivel de motivación.
Aquí tienes el artículo completo de este capítulo:
Conclusión: no se trata de luchar contra tu cuerpo, sino de entenderlo
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- Hábitos simples que puedes integrar en tu día a día.
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- Claves para evitar la ansiedad por la comida.
- A cocinar sin complicarte
Beneficios de esta guía:
- Adelgaza sin dietas: Olvídate de las restricciones y aprende a alimentarte de manera equilibrada.
- Disfruta de la comida sin culpa: Cambia tu mentalidad y mejora tu relación con la comida.
- Evita la ansiedad: Técnicas efectivas para dejar de comer por estrés o emociones.
- Método probado: Basado en estrategias científicas para bajar de peso de forma sostenible. Probado personalmente, en familia y amigos.
- Transforma tu vida: Aprende a mantenerte en tu peso ideal sin sacrificios.
¿Para quién es este libro?
- Has probado varias dietas sin éxito.
- Buscas una solución sencilla y efectiva.
- Quieres resultados duraderos sin sacrificar tu bienestar.
- Personas que desean mejorar su relación con la comida sin obsesionarse con contar calorías.
Lo que recibirás al inscribirte:
- Acceso inmediato al libro en PDF con derecho a descarga para que puedas aprender en cualquier momento y desde cualquier lugar.
- Estrategias prácticas para implementar cambios duraderos en tu alimentación.
- Técnicas para reducir la ansiedad por la comida y mejorar tus hábitos.
- Material complementario para reforzar tu aprendizaje.
- 43 Recetas sencillas para planificar tus menús semanales
Testimonios

«Margot es mi compañera en las clases de entrenamiento funcional y gracias a su método, logré perder peso sin darme cuenta, cosa que no había conseguido a pesar de matarme en el gimnasio a ejercicio. Dejé de obsesionarme con la comida y aprendí a comer de manera consciente.» – Ana G.

«Siempre pensé que para adelgazar tenía que sufrir, Margot es compañera de trabajo y me comentó de la existencia de su web en dónde daba consejos para perder peso. Siguiendo el blog de mimododevida.com y este libro, que resume en pocas páginas la filosofía de su método, descubrí que podía perder peso de manera natural y sin ansiedad. No te quiero engañar, entre la primera foto y la segunda hay 3 años de diferencia, pero es un proceso que vale la pena porque ahora tengo la certeza de que no volveré a engordar» – Carlos M.

«Soy amiga de Margot de toda la vida, pero hasta ahora nunca le había hecho caso con sus consejos sobre cambio de hábitos. Un día, me regaló este libro y decidí darle una oportunidad… ¡y qué gran decisión fue! Llevo cinco meses siguiendo sus recomendaciones y ya he perdido 5 kilos. Pero lo mejor es cómo me siento: duermo mejor, tengo más energía y, sorprendentemente, no me cuesta renunciar a ciertos alimentos. El plan de comidas es súper sencillo, tanto para cocinar como para hacer la compra, y lo adapto fácilmente a mis gustos. Es un cambio que no pesa, no agobia y, sobre todo, funciona. ¡Gracias, Margot!» – Rebeca G.
Oferta limitada
Aprovecha el precio de lanzamiento de 15 € antes de que vuelva a su precio original de 25 €.
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Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Necesito seguir una dieta estricta?
No, el libro está diseñado para ayudarte a bajar de peso sin dietas restrictivas. Aprenderás a comer de manera intuitiva y equilibrada.
¿Cuánto tiempo dura el proceso?
El libro es guía y puedes consultarlo cuando lo necesites y completarlo a tu propio ritmo.
¿Cómo accedo al eBook?
Después de tu compra, recibirás un enlace con el acceso inmediato para la descarga.
¿Este método realmente funciona?
Sí, está basado en principios científicos y mi experiencia y la de otras muchas personas que han logrado perder peso sin esfuerzo y sin efecto rebote.
No esperes más, empieza a adelgazar sin darte cuenta.
Pago seguro | Entrega inmediata en tu correo | Resultados reales
Ebook | Adelgazar Sin Darme Cuenta: Pierde Peso de Forma Natural y Sostenible | por mimododevida
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